jueves, 22 de abril de 2010

TRATAMIENTO de la LUDOPATIA

Hoy en día, con la experiencia que existe en diferentes países, nos gustaría desarrollar una definición más ajustada al modelo de adicción y tratamiento de la ludopatia que, nos parece, explica mejor que ha ocurrido en Argentia en los últimos años, con unos resultados que se manifiestan insistentemente para cualquier observador.

1-El aumento exagerado en la demanda de atención por problemas con algunos juegos de apuestas.

2-El aumento del número de afectados que reflejan en los algunos estudios científicos.

3-El aumento de las cantidades desproporcionadas, que han acabado gastándose los ciudadanos en algunos juegos de apuestas legales, los últimos veinte años.

Podemos afirmar, llegado este punto, que la ludopatía es un trastorno del comportamiento, entendiendo el comportamiento como la expresión de la psicología del individuo, que consiste en la pérdida de control en relación con un juego de apuestas o más, tanto si incide en las dificultades que supone para el individuo dejar de jugar cuando está apostando, como si nos referimos a mantenerse sin apostar definitivamente en aquel juego o en otros, y estas dificultades siguen un modelo adictivo en la mayoría de los casos, tanto en la manera en como se adquiere o mantiene el trastorno, como en las distorsiones de pensamiento, emocionales y comunicacionales que provoca y ,desgraciadamente ,en los efectos desastrosos en las relaciones familiares y amorosas del jugador .

Es decir, por su etiología, por su curso , por su pronóstico y por las variables implicadas, el juego patológico o Ludopatía, es una adicción en la mayoría de los casos, por ello hablamos de enfermedad crónica que necesita de tratamiento ( ludopatía o adiccion al juego )

TRATAMIENTO

El tratamiento de las personas con ludopatía comienza con su propio reconocimiento del problema. Dado que la ludopatía se asocia a veces con la negación del problema, muchas veces estas personas se niegan a aceptar que están enfermas o que necesitan tratamiento ludopatia. La mayoría de los ludópatas comienzan el tratamiento ludopatia bajo presión ejercida por otros, más que por haber aceptado voluntariamente la necesidad de tratamiento..

Las opciones de tratamiento de la ludopatia incluyen psicoterapia individual y grupal, medicamentos y grupos de apoyo y autoayuda, como Jugadores Anónimos (Gamblers Anonymous), un programa de 12 pasos, similar al de Alcohólicos Anónimos (Alcoholics Anonymous). Los principios de abstinencia que se aplican a otros tipos de adicción, tales como la drogadicción y el alcoholismo, también pueden ser de ayuda para el tratamiento de la ludopatía.

Se han realizado unos pocos estudios sobre medicamientos para el tratamiento de ludopatía. Los resultados iniciales sugieren que los antidepresivos, los antagonistas opioides y los estabilizadores del ánimo pueden ser de ayuda para tratar los síntomas de la ludopatía y mejorar el tratamiento

domingo, 18 de abril de 2010

Autoayuda para la ludopatía




Cuando el juego se transforma en un laberinto sin salidaLa ludopatía es el juego compulsivo o patológico, que lleva a una persona a no poder resistir el impulso de jugar más y más, provocándole en consecuencia graves problemas económicos, psicológicos y familiares. En los grupos de autoayuda que se centran en esta cuestión es posible hallar vías de solución.

La adicción al juego o ludopatía puede iniciarse en cualquier etapa de la vida de la persona. Distintas características de tipo biológico, psicológico y social predisponen a una persona a desarrollar esta patología

Por supuesto, también marcan una fuerte influencia la fácil disponibilidad a salas de juego, la escasa reglamentación al respecto y el rápido acceso al dinero que puede observarse en las sociedades actuales


Es importante remarcar que la ludopatía no es una adicción que aparece de un momento para otro. En un principio se comienzan jugando sólo unas monedas, pero poco a poco la persona es invadida por el deseo de jugar sin frenos, destinando todos sus ingresos a esa actividad y desatando un círculo vicioso del que generalmente no puede salir sola.

Rehabilitación y autoayudaComo en el caso de otras adicciones, es importante remarcar que el ludópata debe combinar, para su efectiva rehabilitación, el tratamiento psicológico profesional con la ayuda de sus pares mediante grupos de reflexión y análisis, además del apoyo del entorno familiar.En estos grupos se comparten y vivencian distintas experiencias de otras personas que están atravesando actualmente o ya superaron la adicción al juego.Mediante rondas de análisis de esas experiencias, y permitiendo al ludópata expresar lo que siente y por qué sufre, se van trabajando paso a paso distintas acciones que posibilitan el alejamiento de la persona de la actividad que le provoca adicción.Por otro lado, mantienen su autoestima más elevada al observar progresivas mejoras y advertir que no es el único individuo en el mundo con ese problema. Un apoyo muy importante es el otorgado por las personas con casos positivos de rehabilitación que puedan formar parte del grupo de autoayuda y contar sus experiencias.Grupos de autoayuda y asociacionesAunque desgraciadamente la ludopatía es menospreciada como patología psicológica e incluso no es considerada una enfermedad, en distintas partes del mundo existen asociaciones y grupos de autoayuda específicos.Entre otros, puede remarcarse la actividad que en una gran cantidad de países desarrolla Jugadores Anónimos en España, Argentina, Estados Unidos, etc. Es muy destacable, además, el importante trabajo efectuado en México por la Asociación Civil “Jugadores en Recuperación”.

Pablo Javier Piacente

domingo, 4 de abril de 2010

Ludopatía, enfermedad en aumento


Si la industria del juego sigue creciendo al ritmo de los últimos años, la adicción que provoca será de cada vez más difícil control

El desmedido crecimiento de la industria del juego en el territorio nacional ha provocado un aumento significativo en la cantidad de pacientes que padecen ese impulso irreprimible. En los últimos tres años, aumentó casi un 150 por ciento la cantidad de personas asistidas por el Programa de Atención al Ludópata, que funciona en la provincia de Buenos Aires. A fines de 2006 había 210 hombres y mujeres en tratamiento; ahora son 510.
La oferta para los jugadores es amplia y variada. En el distrito bonaerense hay habilitadas 3070 agencias de lotería, 46 salas de bingo, 46 oficinas de apuestas hípicas, 11 casinos y 5 hipódromos. Según una encuesta realizada por la consultora Ibarómetro, por lo menos el 28 por ciento de la población de la Capital Federal y del conurbano concurre a alguna de estas salas de juego.
Para paliar los efectos de esta creciente adicción, el Instituto de Loterías y Casinos bonaerense cuenta con siete centros ubicados en Morón, Villa Dominico, La Plata, Mar del Plata, Vicente López, Tandil, Pergamino y Mar de Ajó, y también habilitó, en el horario de 8 a 20, una línea gratuita para consultas telefónicas que son atendidas por cuatro psicólogos.
Como señala el psiquiatra Martín Modaffari, coordinador del Centro de Atención de Tandil, esta patología afecta a quienes son vulnerables y creen que le pueden ganar al azar. Relevamientos de organismos sanitarios indican que entre el 1 y el 2 por ciento de la población está predispuesta a la ludopatía.
Estamos ante un problema social que ocasiona serios inconvenientes y elevados gastos. Por ello, todas las medidas tendientes a combatirlo deben ser bienvenidas. En este sentido, resultan positivas las campañas de información y prevención, como también la legislación que obliga a instalar en las salas de juego carteles de advertencia sobre los peligros que ocasiona el juego compulsivo.
Mientras la industria del juego siga aumentando, la ludopatía será una enfermedad creciente y de difícil control, toda vez que el juego promueve, además, hábitos que alejan a las personas de la responsabilidad del esfuerzo, de la cultura del trabajo y del estudio.

miércoles, 31 de marzo de 2010

El juego compulsivo, una enfermedad sin sexo ni edad


El juego compulsivo, una enfermedad sin sexo ni edad
La proliferación de bingos y máquinas tragamonedas cambió el perfil del jugador
• La Asociación Jugadores Anónimos trata a unas 600 personas
• La falta de crédito hizo crecer el número de apostadores
• Lo más difícil es reconocer el problema
El juego compulsivo es una enfermedad emocional y progresiva que no se cura, pero que puede detenerse

Tenía 15 créditos impagos; robó plata a su madre; falsificó firmas; se quedó sin amigas; pesaba 47 kilos y estaba sola, con dos hijos chicos. A los 33 años había decidido suicidarse.
Un conocido le acercó el teléfono de Jugadores Anónimos (JA). Alejandra hace tres años, diez meses y cinco días que no juega. "Cuando llegué al grupo, éramos dos mujeres entre veinte hombres. Hoy somos mitad y mitad", cuenta Alejandra. Aseguran quienes estudian esta problemática que la proliferación de bingos y la instalación de máquinas tragamonedas cambió el perfil del jugador. En los últimos años aumentó el número de mujeres y de jóvenes que sufren de ludopatía, según informaron en JA.
"Los bingos están abiertos desde la mañana. Entonces es más fácil para la mujer inventar excusas para ir", dice Emilse, de 57 años, que hace dos años, ocho meses y 19 días que no va al bingo. El programa de JA es por 24 horas: cada día se renueva el compromiso de no apostar.
"Yo entraba pensando quién me iba a ir a buscar cuando me sacara el pozo acumulado y quién me iba a acompañar a pagar la hipoteca de mi casa", recuerda Emilse, que apostaba de lunes a viernes.
Acceso facilitado
Hoy hay más salones de juego y, por poco dinero, se puede apostar; esto facilita el acceso a los jóvenes. "Yo empecé a los 16 años en las máquinas tragamonedas, y desde entonces apostaba toda la plata que tenía", reconoce Damián, que jugaba para escapar de la realidad.


La ludopatía está reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS). "Es una enfermedad emocional y progresiva que no se cura, pero que puede detenerse", dice Mario, un comerciante de 41 años integrante del grupo de La Plata, uno de los treinta que hay en todo el país. La primera vez que jugó en el casino fue en su viaje de egresados a Bariloche. Perdió todo el dinero de la estada.
Con la devaluación, creció el número de jugadores que creían que, haciéndolo, iban a solucionar sus problemas económicos. Además, el corte del acceso al crédito y las altas tasas de interés de las tarjetas de crédito hicieron que se llegara a los límites de manera más acelerada, según sostienen quienes los asisten.
Unas 600 personas se recuperan en JA. "Muchos no reconocen que están enfermos y hay muertes anónimas por el juego", dice Mariano, encargado de Relaciones Públicas de la asociación que ya lleva 19 años en el país. El Estado no tiene estadísticas de cuántas personas sufren esta adicción.
La línea Vida, 011-154-412-6745, funciona las 24 horas y es atendida por adictos en recuperación. "El 70 por ciento de los que se comunican son familiares y amigos", sostiene Mariano. Por medio de ese celular se reciben entre 10 y 15 llamadas diarias, que son derivadas a los grupos según la zona.
Al juego sobrevienen las mentiras para justificar las ausencias y las deudas. "Tenía un sistema sofisticado de vencimientos para sostener los engaños", comenta Alejandra que, si tenía dinero, iba a jugar todos los días
"Lo más grave que hice fue dejar a mi hijo con varicela, con 40 grados de fiebre, al cuidado de otro para irme al bingo. Era mi cumpleaños y yo tenía que festejar", recuerda.
En JA se encuentran con personas que sufren lo mismo y se cuentan sus experiencias. Alejandra pagó sus deudas, se volvió a casar y, a pesar de vivir frente a un bingo, hoy no entra.
María Helena Ripetta
La familia
• Paralelamente a Jugadores Anónimos (JA), funciona un grupo de autoayuda para familiares y amigos de jugadores. "Uno, como familiar, se transforma en coadicto del enfermo", comenta Laura, esposa de un jugador en recuperación. Donde hay un grupo de jugadores, hay uno de familiares, pero se reúnen por separado. También tienen una línea telefónica que funciona las 24 horas: la 011-15-4085-8996.






Fuente: edicion La Nacion